El 8 de marzo, la eficacia de una fecha.

abril 9, 2019

El feminismo financiero Parte 5

Cuando en 1975 se instaura el Día internacional de la mujer se da inicio a una campaña lanzada por la ONU y adoptada por los Estados como un dispositivo de control diseñado específicamente para las mujeres. Es el año en que los gobiernos dedican presupuesto a promover la fecha, se anuncia con bombo y platillo la disposición del órgano ideológico del capitalismo financiero como si se tratara del reconocimiento de una instancia neutra que representa los valores de la humanidad entera, después de todo bajo esa tónica habían lanzado la declaración de los derechos humanos.

Así mientras unas adoptaron la fecha otras se opusieron abiertamente a ella. Eran los años del feminismo radical, los años en que por primera vez la movilización de mujeres comenzó a convertirse en algo masivo. Lo que sucedió en la llamada revolución sexual fue un cuestionamiento a la forma en que se venía estableciendo la regulación erótica entre hombres y mujeres, un rechazo a la familia nuclear, a los medios de comunicación y el Estado. De alguna manera haber lanzado el Día Internacional de la Mujer es una forma de ir neutralizando un movimiento que representaba una potencia política y organizativa para más de la mitad de la población.

Por supuesto no todas las feministas radicales pensaban lo mismo, desde el inicio ha habido grandes diferencias entre unos feminismos y otros, marcadas en gran parte por la postura que se tiene respecto al Estado y el cuerpo. Unas rechazaban la intromisión del Estado en la regulación de nuestros cuerpos, otras abogaron por establecer las condiciones jurídicas para la “equidad y la igualdad”, términos que pertenecen claramente a la democracia liberal. En plena efervescencia feminista el movimiento radical comenzó a mostrar sus fracturas. A la vez que se alentaba la liberación sexual y con ello se ponían en cuestión la heterosexualidad y la dicotomía hombre- mujer un grupo de mujeres comienza a gestar un discurso conservador. Aparecen los feminismos TERF de corte separatista junto con otros grupos de choque.

Ei conflicto entre las dos olas del feminismo radical, una más abierta y la otra conservadora dio lugar en los años ochenta e inicios de los noventa a algo que se llamó las guerras del sexo. Andrea Dworkin, una de las conservadoras más radicales lanza su campaña anti porno y señala el carácter de potencial violador de cualquier hombre. Con ello se sientan las bases para el discurso del acoso y la victima que hemos visto circular mediáticamente en los últimos años. Diana Rosell una abogada cercana a Catherine Mackinnon y Andrea Dworkin instaura el término feminicidio que más tarde la ONU convierte en una categoría de uso internacional.

Después de las movilizaciones intensas del feminismo radical vinieron años mucho más críticos. Como muchos otros pensamientos el feminismo se fue despolitizando. Claramente la movilización cambio de tono después de los turbulentos setenta. De repente el movimiento LGTB pedía matrimonio y se discutía como tema central igualdad de condiciones de explotación laboral que las ofrecidas a los hombres. Así, en lo que parecía un avance realmente lo que se afirmaba era la perdida de la libertad. En pocos años las empresas encontraron el negocio en los temas planteados por las políticas sexuales. Así, no nos extrañe ver como la fundaciones, los bancos y las grandes empresas han hecho redituable invertir en asuntos de diversidad sexual y derechos de las mujeres. Se hacen museos, se generan ONGs, fundaciones y todo tipo de negocios de “corte social”. El año pasado el Museo Memoria y Tolerancia monta una exposición llamada “El arcoriris no cabe en un closet. #Por Un Mexico Sin Closets” en donde lo mismo participa el gobierno de la ciudad que la Ford Foundation, Scotiabank, Marriott o el Grupo Modelo. Acaso deberíamos creer que todos ellos, el Estado y las empresas que están jodiendo al total de la población están realmente interesados en transformar la vida de las mujeres? Si lo pensamos así, tal vez simple y sencillamente hemos dejado de ver las maneras en que el capitalismo se perpetua como forma de dominio.

Por 43 años una gran parte de las mujeres ha crecido oyendo el ritual repetido e institucionalizado que se impone cada marzo. El redil de las fechas termina siendo eficaz y cada año va tomando mayor fuerza. A este momento gran parte de las mujeres que marcharon deja de lado esta historia así como deja de lado las políticas actuales que siguen acompañando a la conmemoración. Este año es un momento álgido, tal vez sea el momento de mayor movilización de mujeres en las calles. Por primera vez la encargada de ONU Mujeres hace un llamado todas las muejres a marchar, es decir, es consciente de que la movilización no es en absoluto un cuestionamiento ni un peligro para el sistema. Las consignas que se escuchan en las marchas son las impuestas por los organismos internacionales y los medios: la violencia y el acoso. El despojo, la militarización, la industrialización generalizada de la vida esos no son los temas que predominan en las movilizaciones del 8 de marzo sino los impuestos desde las redes, incluyendo por supuesto la seguridad.

Después de la segunda guerra mundial la ONU lanza la declaración de los derechos humanos, una serie de principios que generan una descripción de lo que se considera universal y connatural a todo humano, como por ejemplo el acceso a la propiedad privada o el carácter potencial de víctima. La hegemonía de las últimas décadas de la idea de la victima puede verse en innumerables discursos y tiene que ver con el desplazamiento de la responsabilidad y capacidad de respuesta por un imaginario más pasivo e individualista. De hecho, la forma víctima entra de lleno al discurso feminista convertido en tendencia mundial. Lo que circula en redes, lo que sale en las revistas, en todos los medios coincide con el discurso político de la movilización. La crítica al Estado, la crítica al sistema político económico está ausente de la movilización masiva. No se afirma la libertad como algo esencial para todas las mujeres sino se marcha por ser víctimas de la violencia machista, no se marcha por echar abajo el sistema sino se marcha por espacios seguros, se marcha por el acoso sin establecer la necesidad de romper los límites impuestos en nuestra vida erótica por la tradición, se ejerce la denuncia en redes y medios pro no se denuncia al Estado y la educación, ni a los medios ni a la iglesia como generadores ideologicos de las condiciones para el ataque sexual , es decir se asume el papel de segunda históricamente establecido sobre las mujeres. Una mujer no tiene porque preocuparse por la guerra, ni por las políticas financieras, ni por el control mediático y la imposición de una industrialización generalizada de la vida. No, la mujer, la movilización de mujeres debe centrare en un asunto: la moral y la seguridad de su cuerpo.

Las campañas de la ONU están en los medios y en las calles. He for she es una campaña a nivel mundial, un montaje propagandístico que restablece el rol dominante de los hombres teniendo como bandera la igualdad de género. La imagen de esta campaña fue la actriz Emma Watson quien puso en escena un largo discurso “feminista” para dar inicio al montaje que ha terminado mostrando a los hombres comprometidos por ellas. La segunda parte de la campaña He for she que en español se llamó #noesdehombres fue titulada “Este es el morbo con el que miran a tu novia, mama, amiga, hermana…” Por meses pudo verse en las calles y en las paradas de camiones unos carteles por demás lamentables por su racismo y clasismo, ya no digamos por ser aparentemente a favor de las mujeres aunque claramente reproducen la idea de que las mujeres son propiedad de los hombres, ellos tienen que cuidar lo que les pertenece, su madre, su esposa, su hija. De lo que hablamos claramente es del simulacro y de la espectacularizacion como formas de política instaladas en el centro de la movilización feminista. Lo que se hizo este 8 de marzo fue una convocatoria a una huelga que no fue tal y a un paro que claramente no paro nada. Es decir, lo que se ve como un logro no es más que un simulacro repetido en varios países.

El dispositivo abarca toda clase de estrategias desde los #, las movilizaciones, los pañuelos verdes, la propaganda en todos los medios hasta el uso y construcción de la figura de Yalitza Aparicio y todo el armazón ideológico construido en una gran labor de equipo entre la industria de Hollywood y los organismos internacionales, principalmente a ONU.

Podríamos haber salido, podríamos haber marchado con los pañuelos verdes y las batucadas pero no, no festejamos esa salida masiva. Podriamos habernos tomado la foto, pero los tiempos nos están exigiendo mas… por lo pronto juntarnos para imaginar ese mas necesario en lugar de asumir el discurso que el poder nos tiene preparado.Son tiempos de autodefensa dicen muchas mujeres, y tienen razón, son tiempos de construir los pensamientos y las estrategias que la situación exige.

Si la razón es el orden…
Si la dominación es el orden…
Si el asesinato es el orden…
Si la privatización es el orden…
Entonces soy el caos.

666histerismocritico/ItaMENOn/VilmaSANchez.

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