Critica al feminismo financiero parte 3… o de cómo seguir siendo feminista

agosto 23, 2018

Durante toda mi vida he estado segura de que quiero ser libre, de lo que no he estado segura es de nombrarme feminista. Justo en estos momentos en que las movilizaciones de mujeres son más grandes, justo ahora que el discurso feminista parece esparcirse por todos los medios de comunicación, desde los más liberales hasta los más conservadores, desde la academia, el Estado, las empresas, todos los que ha este momento se dicen preocupados por la “igualdad y el respeto” a las mujeres, justo en este contexto de generalización de algo que podría parecer un triunfo feminista me vuelve le cuestionamiento de si soy  o no feminista.

Durante las últimas décadas hemos visto la transformación de los discursos feministas y la integración de mucho de ellos a las prácticas que reproducen una y otra vez las condiciones de existencia del capitalismo. Esto por supuesto no es exclusivo de lo feminismos, lo mismo sucedió en su momento con los ecologismos, con la izquierdas, con los discursos en torno a lo comunitario o con las políticas defendidas por la comunidad lésbico gay y más. Es decir, las políticas impulsadas por el Estado, las empresas  y los medios han adoptado lo que han podido de cuanto discurso de liberación se ha venido produciendo para “renovar” las políticas de explotación y despojo.

Desde hace unos cuantos años la preocupación por las mujeres parece estar por todos lados, los colores rosa y morado acompañan los mensajes de todo tipo de medios, publicaciones, proyectos de empresas, propuestas de los organismos internacionales y políticas de Estado. La academia convirtió  al  feminismo en departamentos de estudios de género, es decir, despolitizó un pensamiento para volverlo una categoría descriptiva y deslavada, el Estado ha hecho del feminismo un área de atención  y asistencialismo a la minorías y victimas y los medios de comunicación una estrategia publicitaria, redituable económicamente y afín ideológicamente al sistema de corporaciones.  Si bien esto lleva décadas, diríamos que lo que hemos visto los últimos años se ha transformado para responder más abiertamente a lo que el sistema financiero requiere. Es decir, bajo la apariencia de un discurso de liberación de las mujeres se lanza un operativo de neutralización política que aparece ante nosotros con algo que podríamos llamar un feminismo financiero. Este dispositivo ideológico se ha expandido sobre todo desde los centros de difusión privilegiados por este nuevo orden corporativo: los medios de comunicación y las redes sociales.

Permítanme enumerar esas cosas que vemos claramente como parte del feminismo financiero.

1.- El feminismo financiero, como hemos dicho antes mantiene intactos los órdenes políticos y de dominación básicos del capitalismo. La familia, la propiedad privada, el Estado,  las religiones, las empresas y corporaciones no son cuestionadas a pesar de ser centrales en el dominio de los cuerpos. El feminismo financiero deja a las mujeres en un lugar siempre de segunda, como una minoría, como si “los asuntos de mujeres” no fueran más que de carácter privado, para usar los términos liberales. Es decir, si se plantea el asunto de la “violencia hacia las mujeres” se hace según el lugar tradicional que nos ha sido asignado. La violencia que recae sobre nosotras es la de la pareja, la de la familia, la violación, el acoso, (una vez más la moral sobre nuestros cuerpos), la discriminación laboral y el asesinato, (por el solo hecho de ser mujeres). Lo que nos queda es lo que históricamente nos han dado, el papel de victimas sin peso en la vida política y social. La violencia de la explotación, la de la guerra, la de la militarización, la del despojo del territorio, la del control mediático y corporativo, esas no forman parte de lo que se dice y se representa en este dispositivo feminista que solo en apariencia busca la liberación de los cuerpos. Esto es simple y sencillamente porque se trata de una neutralización de las potencias de las mujeres. ¿Qué pasaría si esta mitad de la población se negara de tajo a toda forma de explotación, control y dominio, incluido el sexual? Entonces hablaríamos de algo que claramente pondría en peligro al sistema que busca restablecerse a cada momento.

2.- Las maneras en que se manifiesta este feminismo financiero son varias, pero gran parte de ellas llevan al restablecimiento del Estado  como eje central de la vida social. Pensemos por ejemplo en la cultura de la denuncia, esa que se da en los momentos de persecución mas severos como el fascismo, la persecución comunista en Estados Unidos u otros momentos en que se busca el desmantelamiento del tejido social. De unos años para acá la idea de la denuncia se ha recuperado. El Estado mexicano nos regala múltiples beneficios, por ejemplo un gobierno tan activo en la proliferación y sostenimiento de las redes criminales nos permite la denuncia anónima, la posibilidad ciudadana de señalarse unos a otros en un sistema delincuencial consustancial a todos los niveles de gobierno. Así, el Estado convierte los asuntos políticos, es decir los asuntos de la vida social en problemas entre particulares, en donde el único mediador posible es, claro, el mismo Estado. Ese mismo dispositivo se adopto con tono rosamorado y por una vía mucho más tenue, no necesariamente desde el mismo Estado, aunque también, sino desde la denuncia por las redes sociales. Es decir, mediáticamente se sembró la semilla de la denuncia por facebook y twitter, las mujeres tienen como objetivo denunciar al acosador, ponerle cara la machirrrin, linchar al potencial o real violador, es decir, apelar a la confrontación entre individuos por sobre la modificación  y el cuestionamiento de todas las condiciones sociales que posibilitan los abusos. Por donde se le vea el operativo parece eficaz, las mujeres se sienten “empoderadas” al poder ventilar al abusador, la mayoría de las veces colocándose en el papel de la victima incuestionable, señalan al culpable sin necesidad de ir mas allá que la responsabilidad que da una publicación en redes sociales. En otras situaciones, las mujeres denuncian y exigen al Estado, es decir lo restablecen una y otra vez como el comandante de la vida social.  Así, en momentos en que el Estado está en abierto conflicto con la población, (pues ha puesto las condiciones jurídicas y de fuerza policial y militar para el despojo y el exterminio) aparece una extraña legitimación. De esta manera, el feminismo financiero restablece en una gran parte de la población el imaginario del Estado como única posibilidad política, a él se le piden leyes, a él se le exige justicia y castigo.

3.- En los dos textos anteriores hemos hecho mención de algunos aspectos concretos de este operativo, como los multiples #, #miprimeracoso o #simematan, #vamonoosrespetando son ejemplos de ello, o el #metoo que tuvo secuelas en varios países. Es decir, hablamos de contenidos que se propagan a nivel mundial y que van homogenizando lo criterios de movilización de las mujeres que salen a las calles. Miles de mujeres salieron a pedir aborto legal en la ultima discusión en Argentina, salen con un color y un # determinado a exigir al Estado sus derechos y a reivindicar un feminismo de redes que camina sin un sentido de la vida social y sus problematicas.

3.- A este momento no es exagerado hablar de una guerra generalizada, de políticas de exterminio que se muestran en el aumento de asesinatos, sobre todo en los lugares en donde se concentran los recursos que sostienen a las grandes industrias. El feminismo financiero ha resultado una herramienta de despolitización ideal, bajo el concepto de feminicidio se brinda una explicación pobre a los asesinatos y secuestros de miles de mujeres ocultando las redes del capital donde se originan estás muertes. No matan a una mujer por el simple hecho de ser mujer, sino por una serie de condiciones políticas y sociales generadas en esta nueva fase del capitalismo.

Si, pensando en esto que estamos viviendo, viendo como se nos coloca de nuevo como centro de la dominación capitalista,  de nuevo y con todas sus contradicciones vuelvo a afirmarme como feminista, como histerista… acaso no estamos en un momento en que resulta indispensable repensar nuestra condición como mujeres? Acaso no necesitamos luchas juntas frente a lo que se nos viene?

Agregamos estas notas a las anteriormente publicadas sobre el feminismo financiero con la idea de avanzar en un pensamiento feminista.

https://666sinismonisatan.wordpress.com/2017/06/09/los-origenes-del-feminismo-finaciero/

https://666sinismonisatan.wordpress.com/2018/03/01/parte-2-el-feminismo-financiero-la-regulacion-de-la-erotica-o-de-como-cancelar-la-potencia-del-deseo-es-funciona

https://666sinismonisatan.wordpress.com/2017/05/19/miprimeracoso-cursileria-y-manipulacion-mediatica/

itamenon/vilmaSanCHEZ  666histerismocritico

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