El feminismo financiero Parte 5

Cuando en 1975 se instaura el Día internacional de la mujer se da inicio a una campaña lanzada por la ONU y adoptada por los Estados como un dispositivo de control diseñado específicamente para las mujeres. Es el año en que los gobiernos dedican presupuesto a promover la fecha, se anuncia con bombo y platillo la disposición del órgano ideológico del capitalismo financiero como si se tratara del reconocimiento de una instancia neutra que representa los valores de la humanidad entera, después de todo bajo esa tónica habían lanzado la declaración de los derechos humanos.

Así mientras unas adoptaron la fecha otras se opusieron abiertamente a ella. Eran los años del feminismo radical, los años en que por primera vez la movilización de mujeres comenzó a convertirse en algo masivo. Lo que sucedió en la llamada revolución sexual fue un cuestionamiento a la forma en que se venía estableciendo la regulación erótica entre hombres y mujeres, un rechazo a la familia nuclear, a los medios de comunicación y el Estado. De alguna manera haber lanzado el Día Internacional de la Mujer es una forma de ir neutralizando un movimiento que representaba una potencia política y organizativa para más de la mitad de la población.

Por supuesto no todas las feministas radicales pensaban lo mismo, desde el inicio ha habido grandes diferencias entre unos feminismos y otros, marcadas en gran parte por la postura que se tiene respecto al Estado y el cuerpo. Unas rechazaban la intromisión del Estado en la regulación de nuestros cuerpos, otras abogaron por establecer las condiciones jurídicas para la “equidad y la igualdad”, términos que pertenecen claramente a la democracia liberal. En plena efervescencia feminista el movimiento radical comenzó a mostrar sus fracturas. A la vez que se alentaba la liberación sexual y con ello se ponían en cuestión la heterosexualidad y la dicotomía hombre- mujer un grupo de mujeres comienza a gestar un discurso conservador. Aparecen los feminismos TERF de corte separatista junto con otros grupos de choque.

Ei conflicto entre las dos olas del feminismo radical, una más abierta y la otra conservadora dio lugar en los años ochenta e inicios de los noventa a algo que se llamó las guerras del sexo. Andrea Dworkin, una de las conservadoras más radicales lanza su campaña anti porno y señala el carácter de potencial violador de cualquier hombre. Con ello se sientan las bases para el discurso del acoso y la victima que hemos visto circular mediáticamente en los últimos años. Diana Rosell una abogada cercana a Catherine Mackinnon y Andrea Dworkin instaura el término feminicidio que más tarde la ONU convierte en una categoría de uso internacional.

Después de las movilizaciones intensas del feminismo radical vinieron años mucho más críticos. Como muchos otros pensamientos el feminismo se fue despolitizando. Claramente la movilización cambio de tono después de los turbulentos setenta. De repente el movimiento LGTB pedía matrimonio y se discutía como tema central igualdad de condiciones de explotación laboral que las ofrecidas a los hombres. Así, en lo que parecía un avance realmente lo que se afirmaba era la perdida de la libertad. En pocos años las empresas encontraron el negocio en los temas planteados por las políticas sexuales. Así, no nos extrañe ver como la fundaciones, los bancos y las grandes empresas han hecho redituable invertir en asuntos de diversidad sexual y derechos de las mujeres. Se hacen museos, se generan ONGs, fundaciones y todo tipo de negocios de “corte social”. El año pasado el Museo Memoria y Tolerancia monta una exposición llamada “El arcoriris no cabe en un closet. #Por Un Mexico Sin Closets” en donde lo mismo participa el gobierno de la ciudad que la Ford Foundation, Scotiabank, Marriott o el Grupo Modelo. Acaso deberíamos creer que todos ellos, el Estado y las empresas que están jodiendo al total de la población están realmente interesados en transformar la vida de las mujeres? Si lo pensamos así, tal vez simple y sencillamente hemos dejado de ver las maneras en que el capitalismo se perpetua como forma de dominio.

Por 43 años una gran parte de las mujeres ha crecido oyendo el ritual repetido e institucionalizado que se impone cada marzo. El redil de las fechas termina siendo eficaz y cada año va tomando mayor fuerza. A este momento gran parte de las mujeres que marcharon deja de lado esta historia así como deja de lado las políticas actuales que siguen acompañando a la conmemoración. Este año es un momento álgido, tal vez sea el momento de mayor movilización de mujeres en las calles. Por primera vez la encargada de ONU Mujeres hace un llamado todas las muejres a marchar, es decir, es consciente de que la movilización no es en absoluto un cuestionamiento ni un peligro para el sistema. Las consignas que se escuchan en las marchas son las impuestas por los organismos internacionales y los medios: la violencia y el acoso. El despojo, la militarización, la industrialización generalizada de la vida esos no son los temas que predominan en las movilizaciones del 8 de marzo sino los impuestos desde las redes, incluyendo por supuesto la seguridad.

Después de la segunda guerra mundial la ONU lanza la declaración de los derechos humanos, una serie de principios que generan una descripción de lo que se considera universal y connatural a todo humano, como por ejemplo el acceso a la propiedad privada o el carácter potencial de víctima. La hegemonía de las últimas décadas de la idea de la victima puede verse en innumerables discursos y tiene que ver con el desplazamiento de la responsabilidad y capacidad de respuesta por un imaginario más pasivo e individualista. De hecho, la forma víctima entra de lleno al discurso feminista convertido en tendencia mundial. Lo que circula en redes, lo que sale en las revistas, en todos los medios coincide con el discurso político de la movilización. La crítica al Estado, la crítica al sistema político económico está ausente de la movilización masiva. No se afirma la libertad como algo esencial para todas las mujeres sino se marcha por ser víctimas de la violencia machista, no se marcha por echar abajo el sistema sino se marcha por espacios seguros, se marcha por el acoso sin establecer la necesidad de romper los límites impuestos en nuestra vida erótica por la tradición, se ejerce la denuncia en redes y medios pro no se denuncia al Estado y la educación, ni a los medios ni a la iglesia como generadores ideologicos de las condiciones para el ataque sexual , es decir se asume el papel de segunda históricamente establecido sobre las mujeres. Una mujer no tiene porque preocuparse por la guerra, ni por las políticas financieras, ni por el control mediático y la imposición de una industrialización generalizada de la vida. No, la mujer, la movilización de mujeres debe centrare en un asunto: la moral y la seguridad de su cuerpo.

Las campañas de la ONU están en los medios y en las calles. He for she es una campaña a nivel mundial, un montaje propagandístico que restablece el rol dominante de los hombres teniendo como bandera la igualdad de género. La imagen de esta campaña fue la actriz Emma Watson quien puso en escena un largo discurso “feminista” para dar inicio al montaje que ha terminado mostrando a los hombres comprometidos por ellas. La segunda parte de la campaña He for she que en español se llamó #noesdehombres fue titulada “Este es el morbo con el que miran a tu novia, mama, amiga, hermana…” Por meses pudo verse en las calles y en las paradas de camiones unos carteles por demás lamentables por su racismo y clasismo, ya no digamos por ser aparentemente a favor de las mujeres aunque claramente reproducen la idea de que las mujeres son propiedad de los hombres, ellos tienen que cuidar lo que les pertenece, su madre, su esposa, su hija. De lo que hablamos claramente es del simulacro y de la espectacularizacion como formas de política instaladas en el centro de la movilización feminista. Lo que se hizo este 8 de marzo fue una convocatoria a una huelga que no fue tal y a un paro que claramente no paro nada. Es decir, lo que se ve como un logro no es más que un simulacro repetido en varios países.

El dispositivo abarca toda clase de estrategias desde los #, las movilizaciones, los pañuelos verdes, la propaganda en todos los medios hasta el uso y construcción de la figura de Yalitza Aparicio y todo el armazón ideológico construido en una gran labor de equipo entre la industria de Hollywood y los organismos internacionales, principalmente a ONU.

Podríamos haber salido, podríamos haber marchado con los pañuelos verdes y las batucadas pero no, no festejamos esa salida masiva. Podriamos habernos tomado la foto, pero los tiempos nos están exigiendo mas… por lo pronto juntarnos para imaginar ese mas necesario en lugar de asumir el discurso que el poder nos tiene preparado.Son tiempos de autodefensa dicen muchas mujeres, y tienen razón, son tiempos de construir los pensamientos y las estrategias que la situación exige.

Si la razón es el orden…
Si la dominación es el orden…
Si el asesinato es el orden…
Si la privatización es el orden…
Entonces soy el caos.

666histerismocritico/ItaMENOn/VilmaSANchez.

verano 2016
1.- No reducir el feminismo a una confrontación entre mujeres (victimas) y hombres (victimarios).
2.- Tomar en cuenta los operativos mediáticos y las políticas de Estado que se están implementando en torno al acoso. Hablamos de campañas a nivel mundial respaldadas por la ONU, por organismos de derechos humanos y medios masivos que buscan abiertamente generar una división entre la población en momentos de una necesidad urgente de organización frente al despojo generalizado implementado por quienes lanzan las regulaciones del capitalismo financiero.
3.- Recordar y ser críticas respecto a la educación y domesticación que hemos recibido como mujeres. Aquí vienen algunos ejemplos:
a) La mujer no debe tomar la iniciativa ni ser activa durante el cortejo, la linda florecita debe esperar el ataque del polinizador activo. Esto deja prácticamente establecido que es el hombre es el que debe abordar a las mujeres y por lo tanto es educado para ello.
b) Que el cuerpo de las mujeres, a diferencia de los hombres sufre un daño irreparable si es tocado o violado. Se nos ha impuesto la vergüenza como control, la mujer violada debe sentirse culpable, avergonzada y víctima de un daño irreparable.
4.- Lo imposible y poco deseable de intentar normar la seducción y las pasiones.
5.- La palabra de la “victima” no es incuestionable.
6.- La victimización no rechaza la debilidad ni la pasividad sino que la acentúa.
7.- Que la violencia sexual se potencia con la presencia del ejército y las policías que han estado abusando y secuestrando mujeres sistemáticamente.
8.- El aumento de las redes criminales que controlan el tráfico de órganos drogas y armas, la trata de mujeres, el traslado de migrantes y todo el comercio de los cuerpos.
9..-Que es indispensable cuestionar el papel de los medios masivos , la escuela y la familia en el proceso de construcción de un pensamiento que alimenta las formas de dominación sexual.
10.- Que el feminismo visto como una politica de liberación de las mujeres requiere de un planteamiento respecto a la transformación generalizada de la vida.
666histerismocritico.

Antes de la definición como feminista llega en muchas de nosotras la certeza de que existe un sistema de dominación, una serie de cadenas ideológicas que recaen sobre el cuerpo de las mujeres. La confrontación constante con las costumbres, con los prejuicios, con las restricciones y con todo un orden de cosas se da desde muy temprano si tienes un cuerpo de mujer, si eres una mujer que decide ser libre… Así, antes de la reflexión político / teórica para muchos de nosotras esta la inmediatez, el no poder aceptar así como así lo que la tradición y la moral intentan imponer sobre nosotras.

Por muchos años nos llamamos feministas, pensado que nos identificabamos con un pensamiento siempre en constante construcción, lleno de contradicciones y confrontaciones pero teniendo presente la necesidad de un pensamiento que rompa con las ataduras ideológicas que se imponen sobre los cuerpos. Un pensamiento que permita establecer un algo de equilibrio en la vida social que posibilite una mejor relación entre hombres y mujeres lo que significaría siempre y en todo momento la libertad de ambos.

Lo que ha sucedido en los últimos años podría ser algo digno de festejo, miles de mujeres en las calles, muchas mujeres aparentemente conscientes de su cuerpo, de su posición alzando la voz, la mujer como centro de la discusión cotidiana y mediática y sin embargo lo que hay es un enorme simulacro, un dispositivo de control que se reproduce bajo la apariencia de un feminismo cuyo origen podemos encontrar en las redes de la economía financiera.

Los dispositivos lanzados desde ese feminismo financiero han sido aceptados y reproducidos por la sociedad, han sido inoculados certeramente desde los medios de comunicación. Lo que este dispositivo ideológico genera es una especie de infección viral, un mal que ataca desde el interior a las colectividades y que va desmembrando esos pequeños tejidos que permiten la organización. Lo que contiene este operativo es un regreso a los esquemas más conservadores de la sociedad, al puritanismo moral , la denuncia y persecución como método de confrontación generalizada. La cultura de la denuncia (sobre todo vía redes), el discurso de la seguridad y la violencia se instalaron con la rapidez y la eficacia del de la víctima. Es decir, el discurso dominante, el que proviene del Estado y las corporaciones se vuelve sentido común, se naturaliza como manera de resolver conflictos dejando claramente deja de lado el cuestionamiento a profundidad del sistema que permite la dominación y convirtiéndolo en un mero esquema de confrontación personal entre unos y otros. Es decir, la denuncia no hace más que disolver el carácter político y social de las relaciones de dominio para convertirlos en una confrontación entre individuos. Los términos de la confrontación están establecidos y fijos, la mujer víctima y el hombre potencial violador, acosar y cualquier cosa que represente esa virilidad fuerte y cabrona que se impone sobre la pasividad y la simpleza de las mujeres.

Una campaña como #yositecreo no hace más que regresar a las mujeres a su peor lugar en términos simbólicos. Se trata de imponer la idea de que las mujeres no mienten, no manipulan , no son vengativas, (toda esa complejidad humana no es de las mujeres es patriarcal, dicen las mas creídas). Las mujeres del imaginario #yositecreo, #miprimeracoso,#metoo y demás no desean, pero tampoco acceden al mundo complejo de las pasiones, son buenas y santas y estamos a un paso de diferenciarlas de las putonas, de las que se ponen una minifalda por el gusto de enseñar y provocar, que deciden emborracharse e irse a casa de un desconocido y equivocarse si el tipo no les agrada sin sentir que las han usado, pues asumen que son responsables de si mismas. El dispositivo es eficaz puesto que la violación y el asesinato se han impuesto como políticas desde los centros de poder.

La impunidad de la víctima, podríamos llamarle a eso que se impone en este feminismo financiero. Si quien acusa miente, porque pasa, porque las mujeres tenemos todas las pasiones. Si quien acusa miente, si la victima miente, en su carácter de incuestionable disuelve la dignidad del acusado, este no existe, este es culpable sin más, con la responsabilidad entera y sin posibilidad de nada más que entrar al juicio y escrutinio social como el abusador. El inculpado ha perdido todo, su estatus de “privilegiado”, por tener un cuerpo con verga y testículos confirma y deja fijo su lugar simbolico: el del abusador. Lo que se naturaliza es atroz, los hombres violan y las mujeres solo sufren. Lo que se reafirma es el viejo patrón de dominio.

Pero regresemos al asunto del inculpado, ese que no tiene más que aceptar sus “privilegios de hombre” y ser enjuiciado por la opinión mediatizada. Quien defiende el discurso de la víctima incuestionable, defiende también la posibilidad de que quien busque venganza, mienta o decida destruir a alguien lo logre. Es decir, entramos a la persecución y al señalamiento sin un dejo siquiera de cuestionamiento crítico. Terrible es si pensamos que eso va desmadrando nuestra poca e incipiente organización. Terrible si este dispositivo se introduce como forma de conflicto moral y aparece desde hace años en cualquier forma de colectividad, sobre todo aquellas de carácter político en donde genera verdaderos daños. No se ha visto hasta ahora que ninguna denuncia golpee en lo más mínimo el antiguo régimen de dominio sexual.

El dispositivo es creado desde el poder, pero como los virus, se activa en los cuerpos en concreto, de tal manera que son los mismos individuos los que le dan vida y legitimidad. Así, el discurso del Estado, el de los medios se vuelve centro en el habla y las “demandas” de los supuestamente críticos… así las denuncias aparecen en una y otra organización. colectivo, comunidad o grupo, así se diluye la política feminista hasta convertirse en un cascaron.

No son tiempos en los que sea claro lo que significa llamarse feminista a pesar de que el pensamiento sobre los cuerpos y la dominación sea indispensable, no son tiempos, si eso es ahora un instrumento usado por el poder dejémoslo sin abandonar la rabia ni la critica y mucho menos la acción.

Soy la hija furiosa de Saturno
He sido bruja, loca, satánica, feminista…
¡Soy una histérica!

ItaMenon/VilMaSAnchez/666histerismocritico!

octubre 8, 2018

A lo largo de la calle avanza la pesadez del domingo
la tarde se agota,
un payaso pasa frente a mi puerta
le he visto varias veces,
los ojos tristes y la risa forzada
acostumbrada
una risa sin la cual el payaso se disolvería en la nada

Es momento de despedir a los amigos
de abrirse a la soledad
el libro esta sobre la cama,
escribir y leer,
es aquí donde el ritual comienza
el gato duerme
a la espera de que me acomode

llueve,
y las gotas acompañan el tecleo
ah las pasiones!
y la noche llega
y las frases se escurren cual regalo enigmático
he comenzado a conocer la libertad
he pasado de lo mucho a lo poco
todo lo que tengo cabe en un cuarto pequeño
he perdido muchos miedos y muchos amantes
se cruzan historias de amores breves y ridículos

Sonrío
solitaria, en pleno estado de memoria
sonrío,
el paso de la vida me alegra
me agrada el roce del tiempo
y su huella sobre la piel

Durante toda mi vida he estado segura de que quiero ser libre, de lo que no he estado segura es de nombrarme feminista. Justo en estos momentos en que las movilizaciones de mujeres son más grandes, justo ahora que el discurso feminista parece esparcirse por todos los medios de comunicación, desde los más liberales hasta los más conservadores, desde la academia, el Estado, las empresas, todos los que ha este momento se dicen preocupados por la “igualdad y el respeto” a las mujeres, justo en este contexto de generalización de algo que podría parecer un triunfo feminista me vuelve le cuestionamiento de si soy  o no feminista.

Durante las últimas décadas hemos visto la transformación de los discursos feministas y la integración de mucho de ellos a las prácticas que reproducen una y otra vez las condiciones de existencia del capitalismo. Esto por supuesto no es exclusivo de lo feminismos, lo mismo sucedió en su momento con los ecologismos, con la izquierdas, con los discursos en torno a lo comunitario o con las políticas defendidas por la comunidad lésbico gay y más. Es decir, las políticas impulsadas por el Estado, las empresas  y los medios han adoptado lo que han podido de cuanto discurso de liberación se ha venido produciendo para “renovar” las políticas de explotación y despojo.

Desde hace unos cuantos años la preocupación por las mujeres parece estar por todos lados, los colores rosa y morado acompañan los mensajes de todo tipo de medios, publicaciones, proyectos de empresas, propuestas de los organismos internacionales y políticas de Estado. La academia convirtió  al  feminismo en departamentos de estudios de género, es decir, despolitizó un pensamiento para volverlo una categoría descriptiva y deslavada, el Estado ha hecho del feminismo un área de atención  y asistencialismo a la minorías y victimas y los medios de comunicación una estrategia publicitaria, redituable económicamente y afín ideológicamente al sistema de corporaciones.  Si bien esto lleva décadas, diríamos que lo que hemos visto los últimos años se ha transformado para responder más abiertamente a lo que el sistema financiero requiere. Es decir, bajo la apariencia de un discurso de liberación de las mujeres se lanza un operativo de neutralización política que aparece ante nosotros con algo que podríamos llamar un feminismo financiero. Este dispositivo ideológico se ha expandido sobre todo desde los centros de difusión privilegiados por este nuevo orden corporativo: los medios de comunicación y las redes sociales.

Permítanme enumerar esas cosas que vemos claramente como parte del feminismo financiero.

1.- El feminismo financiero, como hemos dicho antes mantiene intactos los órdenes políticos y de dominación básicos del capitalismo. La familia, la propiedad privada, el Estado,  las religiones, las empresas y corporaciones no son cuestionadas a pesar de ser centrales en el dominio de los cuerpos. El feminismo financiero deja a las mujeres en un lugar siempre de segunda, como una minoría, como si “los asuntos de mujeres” no fueran más que de carácter privado, para usar los términos liberales. Es decir, si se plantea el asunto de la “violencia hacia las mujeres” se hace según el lugar tradicional que nos ha sido asignado. La violencia que recae sobre nosotras es la de la pareja, la de la familia, la violación, el acoso, (una vez más la moral sobre nuestros cuerpos), la discriminación laboral y el asesinato, (por el solo hecho de ser mujeres). Lo que nos queda es lo que históricamente nos han dado, el papel de victimas sin peso en la vida política y social. La violencia de la explotación, la de la guerra, la de la militarización, la del despojo del territorio, la del control mediático y corporativo, esas no forman parte de lo que se dice y se representa en este dispositivo feminista que solo en apariencia busca la liberación de los cuerpos. Esto es simple y sencillamente porque se trata de una neutralización de las potencias de las mujeres. ¿Qué pasaría si esta mitad de la población se negara de tajo a toda forma de explotación, control y dominio, incluido el sexual? Entonces hablaríamos de algo que claramente pondría en peligro al sistema que busca restablecerse a cada momento.

2.- Las maneras en que se manifiesta este feminismo financiero son varias, pero gran parte de ellas llevan al restablecimiento del Estado  como eje central de la vida social. Pensemos por ejemplo en la cultura de la denuncia, esa que se da en los momentos de persecución mas severos como el fascismo, la persecución comunista en Estados Unidos u otros momentos en que se busca el desmantelamiento del tejido social. De unos años para acá la idea de la denuncia se ha recuperado. El Estado mexicano nos regala múltiples beneficios, por ejemplo un gobierno tan activo en la proliferación y sostenimiento de las redes criminales nos permite la denuncia anónima, la posibilidad ciudadana de señalarse unos a otros en un sistema delincuencial consustancial a todos los niveles de gobierno. Así, el Estado convierte los asuntos políticos, es decir los asuntos de la vida social en problemas entre particulares, en donde el único mediador posible es, claro, el mismo Estado. Ese mismo dispositivo se adopto con tono rosamorado y por una vía mucho más tenue, no necesariamente desde el mismo Estado, aunque también, sino desde la denuncia por las redes sociales. Es decir, mediáticamente se sembró la semilla de la denuncia por facebook y twitter, las mujeres tienen como objetivo denunciar al acosador, ponerle cara la machirrrin, linchar al potencial o real violador, es decir, apelar a la confrontación entre individuos por sobre la modificación  y el cuestionamiento de todas las condiciones sociales que posibilitan los abusos. Por donde se le vea el operativo parece eficaz, las mujeres se sienten “empoderadas” al poder ventilar al abusador, la mayoría de las veces colocándose en el papel de la victima incuestionable, señalan al culpable sin necesidad de ir mas allá que la responsabilidad que da una publicación en redes sociales. En otras situaciones, las mujeres denuncian y exigen al Estado, es decir lo restablecen una y otra vez como el comandante de la vida social.  Así, en momentos en que el Estado está en abierto conflicto con la población, (pues ha puesto las condiciones jurídicas y de fuerza policial y militar para el despojo y el exterminio) aparece una extraña legitimación. De esta manera, el feminismo financiero restablece en una gran parte de la población el imaginario del Estado como única posibilidad política, a él se le piden leyes, a él se le exige justicia y castigo.

3.- En los dos textos anteriores hemos hecho mención de algunos aspectos concretos de este operativo, como los multiples #, #miprimeracoso o #simematan, #vamonoosrespetando son ejemplos de ello, o el #metoo que tuvo secuelas en varios países. Es decir, hablamos de contenidos que se propagan a nivel mundial y que van homogenizando lo criterios de movilización de las mujeres que salen a las calles. Miles de mujeres salieron a pedir aborto legal en la ultima discusión en Argentina, salen con un color y un # determinado a exigir al Estado sus derechos y a reivindicar un feminismo de redes que camina sin un sentido de la vida social y sus problematicas.

3.- A este momento no es exagerado hablar de una guerra generalizada, de políticas de exterminio que se muestran en el aumento de asesinatos, sobre todo en los lugares en donde se concentran los recursos que sostienen a las grandes industrias. El feminismo financiero ha resultado una herramienta de despolitización ideal, bajo el concepto de feminicidio se brinda una explicación pobre a los asesinatos y secuestros de miles de mujeres ocultando las redes del capital donde se originan estás muertes. No matan a una mujer por el simple hecho de ser mujer, sino por una serie de condiciones políticas y sociales generadas en esta nueva fase del capitalismo.

Si, pensando en esto que estamos viviendo, viendo como se nos coloca de nuevo como centro de la dominación capitalista,  de nuevo y con todas sus contradicciones vuelvo a afirmarme como feminista, como histerista… acaso no estamos en un momento en que resulta indispensable repensar nuestra condición como mujeres? Acaso no necesitamos luchas juntas frente a lo que se nos viene?

Agregamos estas notas a las anteriormente publicadas sobre el feminismo financiero con la idea de avanzar en un pensamiento feminista.

https://666sinismonisatan.wordpress.com/2017/06/09/los-origenes-del-feminismo-finaciero/

https://666sinismonisatan.wordpress.com/2018/03/01/parte-2-el-feminismo-financiero-la-regulacion-de-la-erotica-o-de-como-cancelar-la-potencia-del-deseo-es-funciona

https://666sinismonisatan.wordpress.com/2017/05/19/miprimeracoso-cursileria-y-manipulacion-mediatica/

itamenon/vilmaSanCHEZ  666histerismocritico

 

A este momento resulta imposible pensar nuestra experiencia social al margen de los medios de comunicación. Gran parte de lo que nos alimenta ideológicamente viene de ahí, de medios en su mayoría convertidos en fuerzas económicas que funcionan como órganos de difusión y promoción de todas las industrias, convirtiéndose así en un enorme dispensario de contenidos que fortalecen los poderes dominantes.
Hace tiempo que los medios vienen haciendo su chamba, no solo en términos del consumo de mercancías y el control de noticias, también son una fuente de manipulación emocional, sobre todo estos últimos años de “redes sociales”. En los últimos dos años hemos pasado por campañas como #miprimeracoso, #simematan y el #metoo impulsado por Hollywood y que ha dado lugar a varias secuelas en 85 países, en Francia se convirtió en #Balance Ton Porc, algo así como “denuncia a tu cerdo”, en Español se conservó la traducción con el #yotambién. Todas estas campañas tienen todo menos una intención liberadora de los cuerpos, sino todo lo contrario podemos ver en ellas un trasfondo en donde se restablece una y otra vez el orden de dominación. La mujer como víctima frente a un hombre acosador, sexualmente depredador, en donde pareciera que el único asunto político que compete a las mujeres es el de la violencia sexual, como si el resto de las cosas quedaran fuera de nuestro interés, es decir, de nuevo somos expulsadas de las decisiones del mundo social y político. Así vemos como estas campañas tienen un tinte puritano y conservador del orden familiar y del Estado es decir, de los aparatos que garantizan la propiedad privada y el sometimiento de las pasiones.

El capitalismo requiere de la familia, sin ella no hay garantía alguna para la propiedad privada. Largas reflexiones feministas dan cuenta de ello. El problema es que en este nuevo feminismo de redes o feminismo financiero se borra a conveniencia todos los aspectos más abiertamente críticos de los pensamientos feministas. Es este borrón lo que establece el olvido de lo que la familia nuclear implica como aparato de control y dominio sobre las mujeres. Es la familia mediante la herencia, el matrimonio y el registro de los hijos la que puede establecer las condiciones para perpetuar la acumulación capitalista. La familia nuclear tal y como se ha desarrollado con el Estado capitalista requiere del sometimiento de las mujeres, pues desde el inicio se ha establecido sobre el control moral del cuerpo femenino que por otro lado también implica un control y una regulación de las pasiones de los hombres. Corren tiempos de autoritarismo, de eso no hay duda, y los autoritarios que concentren el poder económico han echado a andar múltiples estrategias para establecer la militarización y la reproducción de todas las micro y macro estrategias de dominación.

El feminismo financiero es un feminismo mediático, hunde sus raíces en las corporaciones y los organismos internacionales (ONU, Amnistía, Banco Mundial, OEA, comisiones de derechos humanos etc.) y crece en los medios de comunicación, el internet y particularmente en las redes sociales. Ha pasado de los partidos políticos y las políticas de Estado a Hollywood, va desde las políticas rosas a a las denuncias de acoso en la red. Que las mismas problemáticas y las mismas respuestas aparezcan a la vez en todos lados, que aparezcan simultáneamente en varios países no es una coincidencia, sino producto de una intensa actividad mediática y política.
El problema del acoso y la violencia hacia las mujeres tal y como es planteado por el feminismo financiero es una trampa demoledora de toda memoria y reflexión crítica en torno a los modelos de sexualidad impuestos en un sistema de dominio masculino. En este planteamiento no hay tensión con el Estado, (sino lo contrario, hay que pedirle justicia y leyes) no hay corporaciones ni despojo (tampoco explotación ni manipulación), mucho menos redes de tráfico de órganos y mujeres que funcionan como parte de todas las redes comerciales establecidas.

El feminismo financiero ha generado movilizaciones, el tema del acoso ha sacado a las mujeres a las calles como ningún otro tema lo había hecho en los últimos años. Miles de mujeres se sienten bien hablando de cómo han sido acosadas y molestadas, se sienten bien escuchando los testimonios de otras y se acomodan sin problema en el papel de la minoría violentada. Es decir, asumen como lo impone el feminismo financiero que su único asunto es la seguridad, el único asunto que les corresponde es el de la violencia sexual, la explotación, el despojo, la voracidad de las industrias, la militarización y el empobrecimiento generalizado de la vida no son sus asuntos. Es decir, una vez las mujeres quedan confinadas al ámbito domestico y sexual, fuera de la política amplia, pues este no es asunto de mujeres para el pensamiento mas conservador, abiertamente patriarcal. Miles de mujeres asumen esta posición que no mueve en absoluto el orden tradicional, no hay nada que cambiar, solo hay que denunciar. No hay que deshacerse del trabajo, solo hay que exigir que le patrón no te acose, no hay que deshacerse del Estado, solo hay que pedirle que nos de nuevas leyes, no hay que deshacerse de la familia, solo hay que denunciar al abusivo.

Un ejército de “feministas” sin memoria feminista se lanzan contra las que no comparten su postura, contra quienes no ven el acoso de la misma manera o que se niegan a tragarse el anzuelo mediático. Así pues, no son momentos en que el feminismo critico este fortalecido, sino todo lo contrario. Lo que vemos es como se esparce un feminismo basado en una erótica limitada y normativa. En una erótica en donde las mujeres regresan a su tradicional pasividad, están ahí para ser cortejadas con amabilidad y consenso o para ser abusadas, no hay más. Se trata sin duda de un aplanamiento basado en la esencialización de dos polos, regresamos al binarismo absurdo, hombre-mujer establecido como base y sostén del capitalismo. Una visión de hombre mujer en el que el erotismo es el coito permitido por la moral heterosexual que hunde sus raíces en el modelo familiar. Aquí nadie desea de una manera distinta, acá no se problematiza el sexo reproductivista y monógamo. El erotismo en todas estas campañas mediáticas no es más que una visión empobrecida del deseo. Lo que se muestra es un deseo plano, en donde no caben digresiones, en donde ni siquiera es posible que una mujer goce de ser vista, de provocar deseo, de mostrarse, de ser tocada sin consenso previo. En estas campañas no hay mujeres gozosas ni afirmativas respecto a su sexualidad, no, esta es una historia de abusos y victimas. En las historias de vida del feminismo financiero no hay mujeres cabronas ni deseantes, no hay la multiplicidad de experiencias eróticas que pasarían por toda clase de prácticas sexuales que desbordan el modelo del hombre atacador, depredador y la mujer presa y sometida que forma parte del amor romántico establecido durante siglos en nuestro imaginario. En el esquema que circula mediáticamente ninguna mujer goza de ser tocada sin consentimiento, ni de ser vista, ni de provocar chiflidos ni comentarios. Las mujeres tal y como son representadas en el feminismo financiero no tocan a los hombres, no desean, solo tienen miedo de ser atacadas, solo temen por su seguridad, siempre antepuesta al placer. Así pues regresamos al orden de siempre, en el que las las gozosas, las provocadoras, las que afirman la potencia erótica de sus cuerpos se convierten en algo lejano, se convierten en mujeres no reales, pues las de verdad, el grueso son potenciales víctimas sin deseo ni libido.

Sin ir más lejos, basta preguntarse qué idea del deseo mueve a lo que circula en las redes, a lo que sale desde las actrices de Hollywood, a lo que impulsan los Estados como políticas de género o derechos humanos de las mujeres para ver que ahí no hay nada más que anulación, más que imposición de un modelo único de sexualidad. No hablamos pues de libertad y comprensión de los cuerpos sino de todo lo contrario, el establecimiento de límites que recrean una y otra vez el ámbito de dominio.

Limitar la reflexión erótica, expulsar su complejidad, es parte de este operativo que cancela lo que no responde al modelo, que cancela toda libertad y divergencia. El capitalismo es una dictadura económico – política y como tal tiende a cancelar todo aquello que ponga en peligro su estabilidad autoritaria. Eso es lo que explica la preocupación de los grandes capitales por restablecer el orden tradicional, regular las relaciones entre hombres y mujeres es indispensable para el sometimiento generalizado. Así, se naturaliza la heterosexualidad, la pasividad femenina y la fuerza y la violencia masculinas, se reducen la posibilidades del deseo al coito regulado por los principios de la familia y la pareja, es decir poniendo un grillete a las mujeres se restituye también el candado hacia los hombres.

Un feminismo como el financiero es la herramienta perfecta, es espectacular, es victimista y toca los valores más profundamente impuestos en la población. No cuestiona las jerarquías laborales, sino que las restablece, el problema no es tener patrón, sino que el patrón te acose, (como el caso Hollywood), el problema no es el Estado, sino la insuficiencia de leyes, el problema no es la institución familiar tampoco el imaginario respecto a los cuerpos impuesto mediáticamente. Así, dando una fachada de preocupación feminista el feminismo financiero restablece el orden que permite el control sobre la población entera. Ni la familia, ni el Estado, ni los medios y las corporaciones han sido tocados, sino todo lo contrario, están más naturalizados que nunca en este nuevo feminismo. Las actrices de Hollywood no tienen bronca en representar los papeles más insulsos, ni en participar de una industria de manipulación, ni en tener jefes, ellas solo denuncian que tuvieron que acceder sexualmente para conservar su chamba, nada más que eso que incluso anula sus propias decisiones, como la de usar su cuerpo para acceder a un espacio.
Un discurso que forma parte del feminismo financiero es el de los privilegios. Ahora resulta que en todo este sistema debemos de creer que hay privilegiados, cuando en verdad la imposición de una esclavitud sobre las mujeres es también una cadena que jala a los hombres. En este sistema no hay privilegiados, solo hay mas jodidos. Limitar y regular las formas de coquetería, acercamiento, toqueteo a partir del presupuesto del potencial abusivo hombre es ir restableciendo la más pura dominación. No es darle libertad y fuerza a las mujeres, es todo lo contrario, es hacer aceptable y posible un sistema en el que ellas siempre son víctimas. “El Estado esta para protegernos y los medios simplemente para hacer público y “visibilizar” lo no dicho, así todos como ciudadanos solo debemos de cuidar de nuestra seguridad para seguir construyendo este idilio social”, este parece ser el mensaje de un discurso en donde el conflicto y la complejidad de las relaciones entre los cuerpos se reduce a un agarrón de nalga.

De esta manera son las mismas mujeres las que reproducen el sistema de dominación. Por supuesto no me refiero a todas, sino a las militantes del feminismo financiero, esas que salen a la calle a exigirle a la PGR, a buscar protección a derechos humanos, las que generan denuncias y linchamientos, las que tienen miedo de caminar en las calles, las que piensan que a nosotras solo nos corresponden los asuntos que tradicionalmente se han impuesto como femeninos incluida la moralización del cuerpo. Las que con el fundamentalismo bien asumido se lanzan contra todo pensamiento que no confirme sus creencias.

Así, en este proceso de blanqueamiento, de limpieza y desmemoria el tema del erotismo queda fuera del feminismo, queda reducido a una normatividad que no va más allá de los señalamientos. Ahora imaginemos un pensamiento feminista que retomara la liberación de los cuerpos de las mujeres, es decir que abogara por abolir el trabajo, que sacara alas mujeres a manifestarse y organizarse contra la militarización, contra el Estado, contra lo medios… no , eso sería impensable desde desde los medios, más de la mitad de la población exigiendo libertad, exigiendo la abolición del orden establecido, seria simple y sencillamente el inicio del fin de este sistema, implicaría sin duda la liberación de todos. Eso es peligroso, lo mejor es someter a esa gran fuerza que son las mujeres, acostumbrarlas, hacerlas pedir poco, hacerles creer que ese poco es lo que les corresponde, que exijan el resguardo y la seguridad de sus cuerpos y su moral, que pidan justo lo que el Estado quiere darles.

ItaMenon/VILma SAnchez.

El argumento de la seguridad como prioridad lleva años introduciéndose en la vida social. Esta donde siempre ha estado, en los grupos conservadores, en los circulo militares pero también en grupos de activistas, en procesos tan complicados como las autodefensas, en las demandas cotidianas de algunas feministas cuya política se define por la búsqueda de espacios seguros y círculos de la clase media que se sienten amenazados por toda clase de criminales. La necesidad de seguridad parte de la imposición del miedo y la desconfianza que son la base para instaurar cualquier orden policial o militar.

Se genera la inseguridad para poder establecer la legitimidad de la seguridad. Claramente lo que se lanza por delante en todo argumento que tome la seguridad como punto crucial de la vida social es el control por encima de la libertad, es la vigilancia y la denuncia por encima de la transformación social
Aceptar que el problema es la inseguridad y la corrupción es aceptar el discurso que el mismo poder produce sobre si mismo. Es aceptar que el problema no es el Estado y su permanente protección de los intereses de los grupos de poder económico, sino el mal funcionamiento de la máquina. Es pensar que la máquina Estado es viable solo que falla, se corrompe y permite que quien está al frente del poder cometa “errores”. Errores que deben ser corregidos y visibilizados por las aéreas burocráticas establecidas para ello desde los grandes centros del poder económico. Asi tenemos a la ONU, a Amnistía Internacional y las comisiones de derechos humanos generando la simulación que requiere el autoritarismo para golpear sin que logremos ver la mano que sostiene al garrote.
Hace unas semanas fue aprobada la Ley de Seguridad Interior que como se ha señalado no es más que darle certeza jurídica a la militarización y al sometimiento de la población. La nueva ley es el argumento legal de una política ya decidida: la del despojo, la rapiña y el asesinato. Se trata sin duda de una ley que hace aceptable la represión, el espionaje y la vigilancia en aras de conservar la paz y la seguridad de las clases dominantes y las corporaciones. De que otra forma se puede ver una ley que se impone en tiempos de despojo de absolutamente todo, de privatización generalizada, de control de datos e información, de manipulación mediática, de asesinato, secuestro y mercantilización de los cuerpos y de uso abierto de grupos criminales, (narcos, paramilitares, redes de secuestradores, asaltantes y policías) para desestabilizar a la población.

Es claro que lo que nos está sucediendo no es producto de un deterioro “natural” de la sociedad. El argumento hobbesiano se intenta imponer a como de lugar: la sociedad es la barbarie y solo la mano dura del Estado le puede poner orden. Dejemos a Hobbes donde siempre esta, del lado del autoritarismo, y veamos más bien cuál es nuestra relación con el Estado y lo que representa en estos momentos esa ley de seguridad interior.

1.- En esta nueva fase de privatización es una vez más el Estado el que ha establecido las regulaciones jurídicas que permiten el despojo total del territorio. Gran parte del país esta concesionado a mineras, las zonas con enorme riqueza natural están siendo modificadas por megraproyectos que pertenecen a los grandes consorcios, el agua y la comida forman parte ya de este despojo acentuado. Frente a esta situación es claro que la gente tendrá que comenzar a reaccionar y organizarse en algo más que marchas pacificas, es decir, la nueva ley es la respuesta del Estado ante cualquier acción afirmativa de los pueblos, las comunidades y las colectividades. Cualquier levantamiento será considerado asunto de seguridad interior y por lo tanto justificara abiertamente la represión. De esto no hay duda puesto que antes de la aprobación de la ley, en los hechos el ejército ha venido atacando a la población organizada.
2.- El sistema policial se impone cada vez con mayor fuerza, sean policías, federales, municipales, estatales, ministeriales, gendarmería o militares, el hecho es que las calles y los pueblos están tomadas por las fuerzas brutas. Es decir, el Estado extiende el control y el uso de la fuerza “legitima” a la par que genera las condiciones para el crecimiento de el “enemigo” llámese a este delincuencia organizada o abiertamente narco. Así pues, con el pretexto del combate a los grupos delincuenciales se busca desmadrar el tejido social y generar una desconfianza y confrontación generalizada al interior de la población que facilita el despojo y la militarización. El asesinato y la rapiña generalizada se imponen como norma social.
3.- Siendo el Estado el que garantiza las condiciones de despojo ya sea por la vía jurídica o por la fuerza es claro que lo que considera una situación de seguridad interna no es más que cualquier cosa que ponga en riesgo el plan establecido desde los más altos mandos del poder político y económico.
4.-. La represión viene para todos, y en esta sociedad machina y patriarcal los levantones de mujeres, el abuso por parte de los uniformados será cada vez mayor. Tampoco eso es especulación, es algo que ya vivimos. Para las mujeres un orden militar significa muchas cosas, entre ellas el regreso de el tradicionalismo, la familia, la religión y el Estado de nuevo y como siempre sobre nuestros cuerpos.
5.-En realidad el problema compartido por la gran mayoría es el mismo: el Estado y su imposición, el Estado y la defensa de los intereses de quienes tienen el poder económico. Así pues, una ley de seguridad interior no es más que un aviso para todos nosotros de que el garrote está listo, lo ideal es que ese aviso fuera también la alarma que detonara una movilización generalizada, pero no parece serlo hasta ahora.
Urge salir del papel de expectadores, urge simple y sencillamente porque lo que esta en juego toca directamente a nuestras vidas. Esta ley no es mas que un grado mas en el apretón autoritario impuesto desde hace tiempo, así pues la urgencia no es mostrar la inconstitucionalidad de dicha ley. La discusión no es jurídica, en absoluto, sino del ámbito político ese que desborda cualquier marco legal simple y sencillamente porque remite directamente a las condiciones de vida.

Itamenon/VIlmaSancheZ

 

1.- A pesar de los pesares el histerismo es un feminismo que como muchos pensamientos criticos rechaza al Estado como base de la politica. Vemos en el Estado un problema qe debemos abolir y no una cosa inevitable que debe ser transformada.

2.- No usamos la letra A, ni la fetichizamos, tampoco nos vestimos de negro ni hemos asumido la moda que circula en algunos colectivos de activistas, tambien la retoman artistas, academicos y becarios del Estado.

3.-No creemos que patear a un policia sea darle un golpe al sistema.

4.- No hemos tomado a ningun preso politico como nuestra bandera politica.

5.- No creemos en el individualismo que hace de la accion politica el gesto del heroe solitario.

6.- No citamos eternamente a Bakunin ni somos magonistas.

7.- Tampoco somos veganos aunque no comemos jamon ni pollo con arsenico.

8.- Retomamos ideas en torno a la libertad con la certeza de que estas no son patrimonio del anarquismo, estaban antes del siglo XIX y seguiran mientras la humanidad viva.

9.- ah y respecto a la autoridad, no respetamos ninguna que intente cuartar las libertades o imponer una vision del mundo.

10.- Abiertamente nos oponemos al pensamiento anarcoliberal para llamarle clamramente al individualismo anarcoide y al insurreccionalismo sinsentido.

Asi pues podemos decir que aunque llevamos cierta anarquia en el alma no somos anarquistas.

prop

La historia es sencilla pero potente, es como la desgracia de los testigos de Jeohva, los defensores de derechos humanos o militantes de los feminismos financieros…
se las relato en breve:
1.- Una chica embarazada huye de casa porque desea abortar
2.- El padre de la chica busca evitar el aborto, simple y sencillamente porque es un pinche pro vida.
3.- El dilema es grande, la chica sabe que podria parir al hijo del diablo!!!
4.- El padre escucha voces que le dan certezas en la vida, de hecho habla con Dios… o eso cree, porque muy tarde se da cuenta que ha sido engañado… la voz no es Dios, el lleno de fe ha segido al diablo que le engaña… y que le pone el dilema etico mas severo de su vida… si la hija aborta, sera una traicion maxima para este militante de la vida, si la hija no aborta dara a luz al diablo…

Oh Carpenter, que agudeza… que retrato de nuestros tiempos!! Unos interesados en expulsar a satan terminan predicando para el mal, otros queriendo combatir el capitalismo terminan enraizandolo y algunas con el afan de acabar con el patriarcado terminan mordiendo el anzuelo de la machineria corporativa.

VIlmaSanchez/ITAMENON.
https://www.youtube.com/watch?v=KphHShoaZ_4